Últimamente, se ha hablado mucho del consentimiento, pero parece que todavía hay muchas dudas de lo que significa realmente darlo en el ámbito sexual.
Una de las frases que más se ha utilizado para prevenir el sexo sin consentimiento, ha sido que “solamente un sí es un sí”, pero ¿qué significa exactamente?
Cuando queremos mantener relaciones sexuales con otra persona, únicamente si nos dice que sí, significa que accede. No podemos dar por sentado que si no dice que no, es porque quiere mantener relaciones. Es más, todos los sí, tampoco valen como consentimiento, porque si una persona accede a practicar sexo después de una serie de coacciones, chantajes o, incluso, por miedo a decepcionar o para complacer, este es un falso consentimiento y muchas veces es una agresión sexual o una violación.
Aquí es cuando suelen venir las dudas: ¿cómo distinguir un consentimiento real de un falso consentimiento? ¡La respuesta es más fácil de lo que parece! Debemos preguntarnos: “¿realmente lo desea?”
Cuando deseamos hacer algo, sea una práctica sexual, ir de vacaciones o cenar nuestra comida preferida, por ejemplo, se nota que tenemos ganas, mostramos entusiasmo y lo expresamos de forma activa. No solo nos comunicamos y expresamos hablando, también con los gestos y con todo nuestro cuerpo. De hecho, con el lenguaje corporal expresamos muchas emociones y sentimientos fáciles de leer. Es decir, si una persona dice que sí a tener sexo, pero su cuerpo dice lo contrario, porque está en tensión, nerviosa y seria, también debemos saber leerlo y tenerlo en cuenta.
Entonces, ¿cómo son las relaciones sexuales consentidas?
Lo más recomendable es que basemos nuestros encuentros sexuales en la comunicación, que hablemos abiertamente de lo que nos gusta, de cuáles son nuestros límites y que estemos pendientes de cómo se siente la otra persona. Estar de acuerdo en practicar sexo no significa consentir cualquier práctica sexual, o también es posible que en un principio queramos, pero que después cambiemos de opinión y queramos parar. Desear un encuentro sexual un día, no significa tener carta blanca para siempre, cada vez es necesario consensuarlo.
Otra reflexión que deberíamos hacer es sobre el sexismo en las relaciones heterosexuales, que presupone que son los chicos quienes deben llevar la iniciativa, la parte más activa, y que las chicas son pasivas y responden a las propuestas de los chicos. Aún reproducimos estos roles y relaciones basadas en el poder.
Si queremos cambiar el modelo de las relaciones para que sean igualitarias, debemos romper también con los mitos sobre la sexualidad y consensuar en igualdad de condiciones.
Tampoco existe igualdad de condiciones, cuando una persona no puede dar su consentimiento porque está bajo los efectos del alcohol. Nos llegan relatos y experiencias de esa primera vez de encuentros sexuales, y nos encontramos con testimonios como estos:
“Fue una mala experiencia. Iba borracha y no me acuerdo muy bien, pero en general fue incómodo”
“Fue después de una fiesta en la playa, había bebido mucho y un amigo me acompañó a casa. Hubo un momento en el que estábamos muy cerca y todo pasó muy rápido, primero, besos y después empezó a tocar mi parte íntima, ¿fue algo malo que lo hiciera mientras yo estaba algo inconsciente?”
Si una persona está borracha, y aunque parezca que está dispuesta, debemos tener siempre en cuenta que el alcohol hace que la conciencia no esté activa. Entonces, mantener relaciones sexuales con una persona que no tiene conciencia de lo que hace, se trata de una agresión sexual o violación.
¿Las violaciones no son como las que salen en las noticias?
Tenemos la idea de que las violaciones se dan por parte de personas desconocidas, en la calle y por la noche, pero este relato no corresponde con la realidad. Los violadores son, en mayor proporción, personas conocidas, cercanas a la víctima, y en muchas ocasiones las mismas parejas o citas. También es violencia sexual presionar a la otra persona para mantener relaciones sexuales sin protección, y esta situación es muy frecuente.
En resumen, el consentimiento sexual debe ser:
- Activo: si no existe un sí, no puede darse por hecho que hay consentimiento.
- Entusiasta: debe partir del deseo.
- Libre: si existe chantaje, coacción o presión, se trata de una situación de violencia sexual.
- Consensuado: todas las partes están de acuerdo.
- Reversible: puede cambiarse de opinión en cualquier momento.
- Darse en igualdad de condiciones: si existe desigualdad de poder, si una persona está bebida, dormida, etc., no puede dar el consentimiento.
El consentimiento es una manifestación de las ganas de mantener el encuentro sexual y una muestra inequívoca de respeto mutuo, ¡así que recuerda, si no hay deseo, no hay consentimiento!