La sexualidad masculina también es un tema tabú

Son muchos los chicos que nos hacéis consultas sobre temas de sexualidad, y nos damos cuenta de que la salud sexual masculina también es un tema tabú y que no se habla.

Hay aspectos de la salud sexual masculina que son muy comunes, pero no por eso hay información de calidad y se viven en silencio y a escondidas. No hablar abiertamente de estas cuestiones, provoca que haya muchas resistencias a la hora de ir a una consulta médica, y este tiene un claro efecto negativo en vuestra salud sexual.

Sobre la fimosis

Uno de los motivos de consulta más frecuentes es la fimosis, que consiste en que el prepucio (piel que cubre el pene) no puede retirarse hacia atrás cuando el pene está en erección. El prepucio puede estar enganchado al tronco y al glande del pene o ser muy estrecho y no permitir su paso. Lo habitual es que la fimosis se resuelva en la infancia, pero cuando no es así, es necesario realizar una intervención quirúrgica sencilla, para evitar infecciones y poder vivir las relaciones sexuales de una manera plena.

Esta intervención se llama circuncisión y consiste en retirar el extremo del prepucio. Ante cualquier tipo de intervención, es aconsejable pedir información al personal sanitario sobre cuál es el procedimiento, qué implica y cómo será la recuperación. Esta es una intervención menor, que tiene una recuperación rápida, pero es importante conocer los detalles para vivirla con calma.

Otra situación bastante común es la de tener el freno del pene corto, es decir, el pliegue cutáneo que une el prepucio con el glande no es suficientemente largo y se estira mucho cuando el pene está erecto. Este es molesto e, incluso, puede hacer que el pene no se estire completamente con la erección y quede un poco curvado.

En este caso, no siempre es necesaria la cirugía, pero sí que lo es acudir a la consulta médica para que lo valore el especialista en urología. Si no se le pone solución, puede ser una fuente de dolor y malestar en las prácticas sexuales e incluso el freno puede rasgarse con algún movimiento brusco.

¿Y si no eyaculo cuando tengo orgasmos?

Nos habéis preguntado sobre los orgasmos sin eyaculación. Hay chicos que tienen «orgasmos secos», es decir, no sale semen o sale muy poco al tener un orgasmo. Una de las causas podría ser que la eyaculación fuera retrógrada para que el semen fuese hacia la vejiga de la orina, en lugar de salir por la uretra.

También podría ser por otras causas, como que no se produzca semen. Si se trata de una eyaculación retrógrada, no supone ningún problema grave para gozar de la sexualidad, pero sí es un impedimento a la hora de dejar embarazada a una pareja, aunque hay varias soluciones según cada caso concreto. Sea como sea, si no eyaculas al tener orgasmos, ve a una consulta especializada y que te hagan las pruebas adecuadas para ver cuál es la causa y cómo abordar de la mejor manera tu situación.

¿Y si tengo dificultad para tener una erección?

La dificultad para tener erecciones es un tema más complejo, porque las causas pueden ser múltiples (físicas o psicológicas), pero como en los demás casos llamados, lo primero que debe hacerse es consultar al especialista en urología para que valore la situación. Si no se trata de un problema de causas meramente médicas, como algunas afecciones, enfermedades, hábitos poco saludables o efectos secundarios de medicamentos, se puede buscar ayuda en la sexología.

Muchos factores psicológicos, como el estrés, la ansiedad u otros problemas emocionales, pueden afectar a la capacidad de tener una erección. También pueden influir preocupaciones relacionadas con el rendimiento sexual, la imagen corporal o incluso el exceso de pornografía, que puede acarrear la dificultad para responder a estímulos sexuales reales.

Hay que diferenciar entre una situación puntual, que es totalmente normal y que no debería ser motivo para sentir vergüenza o preocupación, y un problema persistente. En el segundo caso, es recomendable consultar con profesionales de la salud. Si las causas son psicológicas o emocionales, es recomendable acudir a especialistas en sexología.

Servei Jove d’Atenció a les Sexualitats

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